GR 249. Etapa 02: Rincón de la Victoria – Vélez-Málaga
Este largo recorrido comienza donde lo hace el término municipal del Rincón de la Victoria, cuyas playas permite conocer al completo desde el Arroyo Totalán en la Cala del Moral a la Torre de Benagalbón. Después anda por el litoral de Vélez-Málaga pero se aleja progresivamente de la costa para deambular por los cerros de esquistos y pizarras y luego por las fértiles huertas de la Vega del Río Vélez. Casi en todo momento coincide, pues, con el trazado este oeste que también lleva la Nacional 340, hermanada en varias ocasiones con la Gran Senda de Málaga, hasta que el sendero tira hacia el norte en el Río Vélez.
Utiliza el GR-249 para progresar los Paseos Marítimos habilitados pero también caminos de tierra, trozos de playa, senderos peatonales y arcenes de carretera. Gran parte de la etapa es bastante asequible, pero la longitud, los desvíos de la parte final y la zona industrial de llegada pueden dar una imagen más dura que la realidad. Por otra parte, la heterogeneidad del recorrido juega en este sentido a favor de la belleza de la etapa, con su constante cambio de firme, de relación con las playas, de paisaje.
Una buena forma, en cualquier caso, de conocer el litoral de una comarca malagueña tan peculiar como la Axarquía y su principal río.
Lo mejor
El litoral oriental de Málaga aparece ante los ojos del viajero en el Rincón de la Victoria como una continuidad urbanizada donde las playas han sido constreñidas a veces hasta el límite, pero a tenor de los ingentes restos de ocupación prehistórica e histórica parece que nunca se libró esta línea de costa de la presencia humana. Es éste el primer aliciente de la etapa, comprobar cómo se ha encarado el recurso costa, de cuyos muy diferentes modelos productivos hay excelentes ejemplos.
Los problemas urbanísitcos tienen su base primero en el efecto llamada del clima, el principal activo del borde meridional malacitano. Después, el amontonamiento de infraestructuras y edificaciones está motivado, entre otros factores, por el relieve abrupto y montañoso que lo caracteriza. Hasta tal punto es así que hay veces en que la sierra acaba en el mar, creando escarpes y acantilados que pueden suponer un obstáculo para el senderista o, como en El Cantal, el atractivo central de una zona. Resulta interesante comprobar, por tanto, cómo se están mejorando los problemas heredados con actuaciones de corrección ambiental y gestión adecuada del uso público, patentes gran parte del recorrido. La belleza de esta parte del litoral malacitano, de las pocas con acantilados calcáreos, merece sin duda esta intección de cariño.
La Historia con mayúsculas se asoma a la Gran Senda de Málaga mediante cuevas de interés arqueológico, poblados fenicios, villas y factorías romanas, alquerías árabes, torres atalayas medievales, fuertes dieciochescos y canteras y caminos milenarios.
La naturaleza sobrevive tímidamente en los acantilados marinos y en los límites de las playas más anchas, con bellas poblaciones de hinojo marino u oruga de mar. Y, como retazo de la costa rural y agraria que todavía persiste, merece la pena aventurarse en lo que queda de cultivos tradicionales de regadío en las llanuras de inundación del Río Vélez, antes de llegar a Vélez-Málaga, donde puede sorprender al usuario la extemporánea estampa de una yunta de bueyes pajunos arando la misma tierra que sustentó en el pasado las centenarias fábricas azucareras, ingenios y trapiches a partir de la caña de azúcar.
El Ferrocarril suburbano de Málaga desde la capital a Ventas de Zafarraya
?La Etapa 2 de la Gran Senda de Málaga es íntimamente deudora del trazado del ferrocarril litoral que unía Málaga con Vélez y ésta con la provincia de Granada por el Boquete de Zafarraya. El coste de la continuación por la costa lo hacía prácticamente inviable debido a la mole de Sierra Almijara, que llega hasta el mar con altos acantilados marinos en Maro, Cerro Gordo y Cantarriján.
La pervivencia de la plataforma de la vía, los túneles y puentes e incluso algunas Estaciones y Apeaderos se comprueba sobre el terreno cada cierto tiempo, pero en cualquier caso hay que hacer constar que se transita sobre ella casi en todo momento. Inaugurada en 1908, la razón de ser de la construcción de esta infraestructura era el tránsito de pasajeros y de mercancías a lo largo del litoral, comunicando las principales ciudades costeras (a oriente y occidente de Málaga) con el puerto. El último tramo en inaugurarse fue el que ascendía desde Vélez Málaga, tan dificultado por la orografía que hubo que acudir al tren cremallera para salvar el desnivel. Éste fue, precisamente, el último tramo en cerrar, en el año 1.968, quedando en la memoria de las gentes una cierta nostalgia derivada de lo que significó el ferrocarril en aquellos tiempos no tan lejanos.
Entre la Cala del Moral y el Rincón de la Victoria
Comienza la etapa en el municipio del Rincón de la Victoria, que cuenta con esos dos núcleos de población principales (en la práctica muy interconectados e identificados con la actividad de la capital) situados en dos ensenadas sepa- radas por un cabo rocoso que se conoce como el Cantal o los Cantales. La geología ha marcado aquí profundamente el paisaje. Las calizas blancas del jurásico aparecen a ambos lados del Arroyo de Totalán conformando acantilados fósiles en al menos tres niveles soportados sobre una base de conglomerados, areniscas y lutitas de color rojo que solo es posible ver al principio de la Etapa. Mientras se comienza a andar, a poniente, los perfiles de los Acantilados de la Araña sirven para adivinar cómo son los que vienen a continuación, en cuya plataforma de abrasión y acantilado marino a mayor cota, 150 metros por encima del nivel del mar actual, se encuentra la recomendable Cueva del Tesoro.
La playa de la Cala del Moral cuenta con un alargado espigón que pretende corregir el fenómeno de la deriva litoral, que transporta arena y cantos rodados lateralmente. En este lugar de enfrentamiento forzado entre el mar y los intereses urbanos se contacta con Los Cantales, un topónimo que comparte etimología con el de cantera. En este caso, y debido a la calidad de la roca, la caliza se extraía en bloques de piedra para cantería y no para la molienda como en la actualidad en la Araña.
El GR-249 ha seleccionado una sola de las opciones de tránsito por los acantilados, pero en realidad pueden ser dos: utilizar los túneles abandonados del ferrocarril, hoy convertidos en paseos peatonales y de bicicleta, o un espectacular sendero escalonado y con barandas protectoras que se asoma más al mar. Desde esta segunda instalación municipal es posible comprobar el dinamismo de los acantilados marinos con las llanas plataformas de abrasión visibles, la erosión y el zapamiento de las bases de la roca e incluso algunas cuevas y un pequeño arco marino.
Por su parte, los taludes del ferrocarril permiten adentrarse en el modelado subterráneo de las rocas, con algunas cuevas que el corte deja a la vista, en algún caso rellenas con depósitos marinos de guijarros, arena y conchas. La vegetación rupícola que es posible reconocer sobre las rocas orientadas a solana y expuestas al ambiente salino se caracteriza por su resistencia, siendo muy frecuentes sobre todo el hinojo y la margarita de mar, apareciendo una vez más el endemismo malagueño Limonium malacitanum.
En este mismo lugar, en medio de la urbanización, se localiza la Torre almenara del Cantal, que es visible girándose hacia poniente al salir del último túnel. Es muy similar a las de la etapa anterior, de porte troncocónico y con matacanes, lo que, a pesar de su posible origen árabe, denota una importante intervención a partir del siglo XVI. Como curiosidad, la atalaya no es posible verla desde las playas de la Cala del Moral.
Las Playas del Rincón
El larguísimo Paseo Marítimo de la Virgen del Carmen, sobre el antiguo trazado del ferrocarril, informa al visitante sobre la honda tradición marinera del Rincón de la Victoria, que hasta ha dado el nombre de boquerón victoriano a uno de sus más preciados frutos del mar. Aparte de los sucesivos arroyos, algunos de ellos delimitados por traviesas de ferrocarril en su recorrido por la arena, la andancia se realiza por una pista senderista ancha y de tierra apelmazada muy utilizada por los deportistas locales y foráneos.
El camino está jalonado de viviendas unifamiliares con jardín en primera línea de playa durante muchos kilómetros. Aproximadamente en el 3.6 hay que buscar una salida hacia el norte, cruzar la N-340 que en esta travesía se llama Avenida del Mediterráneo y llegar así a la Casa Fuerte Bezmiliana, un fortín construido en 1.766 a escasos metros del mar para repeler las intrusiones de los piratas holandeses y sajones. La visita es más recomendable si cabe si se hace coincidir con algunos de los eventos culturales que son la razón de ser actual de este espacio expositivo y de dinamización social. En el Rincón es posible ver también el Castillo de Bezmiliana y una magnífica villa romana con extensos mosaicos de motivos geométricos y mitológicos.
Entre el acceso a la Casa Fuerte y la Torre de Benagalbón (km 6), que también debe buscarse hacia el interior de lo urbanizado en una especie de rotonda a 100 metros del sendero, es posible localizar una muy abundante población de la oruga de mar (Cakile maritima) con algunos ejemplares muy dispersos de azucena de mar (Pancratium maritimum) después de pasar por el Arroyo Granadilla.
El Arroyo de Benagalbón precede al de Santillán, que con su derruido puente ferroviario da paso al término de Vélez Málaga y al primero de los Apeaderos del tren litoral (km 8), el de Chilches, muy maltratado por las pintadas pero bien conservado arquitectónicamente.
Chilches, Benajarafe y Valle Niza
Como otros municipios costeros, también Vélez ha construido enclaves alrededor de la nacional y cercanos a la costa. En este primer tramo veleño la carretera se construyó en parte sobre la plataforma de la vía y deja apenas unos metros para el tránsito, salvo en las primeras explanadas que son muy utilizadas por campistas y como aparcamiento. La Torre de Chilches es la primera que aparece claramente accesible desde el sendero, solo que de nuevo al otro lado de la N-340. Esta modesta atalaya tiene una factura ligeramente diferente a las anteriores, corresponde al modelo arquitectónico de principios del siglo XVI y aparece maciza, con cuatro aspilleras y remates de ladrillo.
El arcén recrecido, separado solo por una escollera del mar que ahora cobija al sendero, se estrecha progresivamente y hay un momento en el que aparece inopinadamente a la derecha uno de aquellos huertos tradicionales, encerrado entre bardos o cañaverales para protegerse de la brisa y el salitre, con higueras y otros frutales en su interior (km 10.4). Se llega así al núcleo de Benajarafe, con un coqueto acerado al lado de la N-340 que se convierte en un paseo donde de nuevo se constata que se camina por el antiguo trazado del ferrocarril al llegar al Apeadero de Benajarafe, integrado en la estructura urbana. El litoral que se deja como siempre al sur cobija una importante pradera de fanerógamas marinas que ha hecho que la Fundación Aula del Mar la seleccionara para su Proyecto Cordón Verde Litoral junto a la zona de la Desembocadura del Río Vélez.
La atalaya señera de la etapa es la Torre Moya (gorda, por su tamaño) o Torre de Benajarafe. Hay un acceso habilitado para llegar a su base cruzando la carretera, visita que se recomienda por la curiosa forma de pezuña de este bastión militar del siglo XVIII y la robustez que emana el edificio. La torre estancia aprovecha el primer promontorio rocoso de esquistos para colocarse a 30 metros de altitud dominando una gran extensión de mar. Los 11 metros de altura los suple con su ubicación y con los dos metros de espesor de los muros de mampostería, ladrillo y sillares. Es la única torre de este litoral con esa forma tan peculiar (hay otra casi idéntica en la Cala de Mijas) y, aparte de constar de dos estancias, servía como emplazamiento para dos cañones para el control de los muy frecuentes ataques de piratas y corsarios, septentrionales o africanos. Aledaña a la torre hay una chimenea de ladrillo para la expulsión de los gases de una fábrica que había debajo.
El sendero se dirige hacia la playa, con el característico color grisáceo de la arena, y al pasar por unos tarajes supervivientes se deja a la izquierda una antigua casa construida con sillares de un tipo de arenisca cuyo origen se verá después. Al llegar al Arroyo Ibero se remonta un poco el cauce para pasar por debajo de la N-340 (se llevan recorridos 13.2 km) y rodeando una urbanización del Valle Niza se cruza la carretera de Cajiz (MA-3203) y se llega al Arroyo Almayate entre campos de cultivo. En las inmediaciones hay un camping y una importante exportadora de productos del aguacate a nivel internacional, pero la parada obligatoria es para el Castillo del Marqués, reconvertido tras diversos avatares en Escuela de Hostelería. Fue construido, como su hermana la Casa Fuerte Bezmiliana, en 1.766 como fortín frente a las amenazas por mar y podía emplazar cuatro cañones. Destaca la fachada rematada con un hornabeque, un doble baluarte que perseguía una defensa más efectiva de la puerta de entrada, y otro más semicircular. El cuerpo principal del edificio de sillares de piedra y ladrillo es cuadrangular, estructurado alrededor de un patio de armas y con un foso perimetral cegado en la actualidad.
Camino Viejo de Málaga
De nuevo sobre la plataforma ferroviaria abandonada, se puede comprobar que peor suerte ha corrido el fallido proyecto Niza Beach de urbanizar la zona que se recorre ahora, con viales y jardines abandonados ocupando una enorme parcela llana. El sendero cambia de paisaje en los cercanos cerros pizarrosos de levante, ascendiendo así hasta su mayor cota en la Torre del Jaral. El entorno, bastante degradado a veces, está dominado por las aromáticas y espinos, con algunos olivares abandonados y bosquetes de pino carrasco aislados. La atalaya cristiana del XVI, cuyo acceso está en el kilómetro 16.2, no sigue los modelos arquitectónicos usuales puesto que es cuadrada, tiene 12 metros de altura y utiliza mucho más el ladrillo.
El camino baja pasando por un puente coetáneo de la Torre Moya y de los dos fortines visitados durante la etapa. Otra casa con sillares de arenisca da paso a un carril asfaltado que lleva a las Casas del Cabo (un arroyo), que se abandona enseguida para tomar de nuevo la pista de la vía del tren. Ésta circula otra vez entre huertos en el denominado Tajo del Pinto y, después de la urbanización Monte Azul, pasa por un amplio descampado con cítricos abandonados donde medran los conejos. Después viene el Arroyo del Búho que da paso a la Estación de Almayate. Este nuevo núcleo urbano dependiente de Vélez Málaga es famoso por sus huertos y pesquerías, por su ermita rupestre recién descubierta y por el privilegio conocido como Seguro de Almayate, concedido tras la conquista cristiana para establecerse a menos de una legua de la costa.
Pero el más famoso de los cerros que rodean este pueblecito es el Peñón de Almayate o del Toro, por el negro panel metálico publicitario con esta forma que como imagen indultada sigue coronando la loma. Éste es un promontorio de arenisca y conchas marinas testigo de pasadas dinámicas litorales del que se extrajeron los sillares de las dos ruinas que se han visto pero también los de la Catedral de Málaga entre los siglos XVI y XVIII. No obstante, la facilidad para trabajar esta piedra propició que la cantería fuese su destino ya desde el siglo VIII antes de nuestra era (a. n. e. en lo sucesivo) y haya seguido así hasta hace muy poco. Aparte de contar con un muestrario de la fauna litoral (sobre todo moluscos) el Peñón se situaba como baluarte occidental de la desaparecida ensenada del Río Vélez, que aprovecharon los fenicios para construir un asentamiento donde hoy están los Toscanos. En cualquier caso, sigue siendo un referente paisajístico de primer orden hoy día.
La antigua ciudad fenicia de Los Toscanos forma parte de un importantísimo legado histórico a ambos lados del Río Vélez. En la parte occidental, a la que se accede desde los puntos kilométricos 18.5 en Almayate y 20.0 antes de cruzar el río, estaban la ciudad, el puerto de embarque de personas y mercancías, naves con multitud de ánforas y el recinto amurallado. Cercanos están otros enclaves arqueológicos en lo alto del Cerro del Peñón, en el Cerro Alarcón, al noroeste y en la Necrópolis de Jardín. Al otro lado del Vélez, en el Cerro del Mar, estaría la necrópolis principal. El proyectado Parque Arqueológico del Bajo Vélez comprende yacimientos que incluyen también los periodos de ocupación romano y árabe.
Los altos cortados del Peñón cobijan a su sombra una de las acequias que riegan las fértiles tierras formadas en tiempos históricos ocupando aquella antigua bahía fenicia. Pocas zonas agrícolas litorales de Málaga son tan extensas como las vegas del Río Vélez ni tan productivas. El clima mediterráneo subtropical se debe al cobijo frente a los vientos norteños que proporcionan las Sierras de Tejeda, Almijara y el Arco Calizo Central. Por otra parte, justo en el cruce de Los Toscanos se puede girar hacia el sur por la carretera, cruzar la nacional y, en medio de una de estas parcelas de cultivo dedicadas a las verduras y frutas está la Torre Manganeta, del siglo XVI, bastante maltrecha y la más modesta de las vistas hasta ahora. La diferencia de cota y de distancia al mar entre esta atalaya y la ciudad fenicia evidencian la evolución del nivel del mar y el relleno de la cuenca con sedimentos.
El ligero componente nordeste del camino se torna norte en cuanto se cruza el Río Vélez por encima del maltratado puente del ferrocarril, justo a la entrada del núcleo urbano de Torre del Mar, que se queda a la derecha en el quiebro. De nuevo entre parcelas de labor de regadío, y con el cauce del río a la izquierda, desde el paraje de la Barranca ya se divisa la capital de la Axarquía al frente. La imagen de Vélez Málaga con su fortaleza coronando el cerro entre los pardos cerros y las moles de Sierra Tejeda y Almijara detrás es sencillamente espectacular.
Cuando se vuelve a acercar el camino al cauce se deja a la derecha la Estación Depuradora de Aguas Residuales, antes de pasar por debajo de la A-7. Empiezan a alternarse los campos de cultivo con las naves industriales por la cercanía de la ciudad y, para finalizar en la Rotonda de Nuestra Constitución, el GR-249 pasa por encima de la A-356 girando progresivamente al nordeste.
Inicio de la Etapa:
Acceso al Punto de Inicio: A la Cala del Moral se accede cómodamente desde la Autovía del Mediterráneo. Hay un nudo de comunicaciones cerca del inicio donde confluyen los accesos desde la A-7S, la MA-24 del Rincón y la costera N-340.
Punto de Inicio: Arroyo de Totalán, donde empieza hacia levante el término municipal del Rincón de la Victoria.
Para disfrutar de la senda sin peligros: Hay que planificar bien cómo se va a enfrentar un recorrido tan largo y lineal que pone el inicio y el final de etapa tan distantes. No debería haber problemas para el retorno o la estancia, pero en cualquier caso no deben dejarse estos temas a la improvisación.
Hay posibilidades de proveerse de alimentos o agua en casi todo el recorrido, dificultándose este menester a partir de Almayate por alejarse el sendero de la carretera que vertebra la costa. En esta última parte, además, hay cierto tráfico de vehículos relacionado con la agricultura, con lo que hay que extremar las precauciones tanto como en el tránsito por el arcén de la carretera.
El único vado conflictivo de un arroyo es el de Santillán, debido al desplome del antiguo puente del ferrocarril, pero normalmente no supone peligro a causa de su caudal salvo frente a grandes tormentas, que de todos modos no son frecuentes. La pequeña subida por dentro del cauce del Arroyo de Iberos tampoco debe presentar dificultad alguna en condiciones normales.
Los Acantilados del Cantal disponen de barandas protectoras, pero la cercanía de las rompientes llama a la precaución cuando haya temporal. Lo mismo ocurre en los lugares donde una somera escollera de piedras separa al sendero del envite de las olas.
Por ahora el puente ferroviario sobre el Río Vélez no cuenta con barandas protectoras, pero es lo suficientemente ancho como para transitar sin demasiado peligro. Cuidado con la tornillería que aflora del hormigón.
Por último, y como norma general en la costa malagueña, la orientación de oeste a este del trazado supone que se tenga el sol enfrente durante las primeras horas del día y directamente detrás el resto. Es necesario protegerse de la insolación.
Finalización de la Etapa:
Acceso al punto de finalización: La citada A-356 comunica la Autovía del Mediterráneo mediante dos enlaces con la A-45 en Casabermeja y con el Puerto de las Pedrizas.
Punto de finalización: Rotonda de Nuestra Constitución, en la entrada oeste de Vélez Málaga desde la A-356.
Alternativas:
Posibles escapes: Prácticamente en cualquier punto del recorrido se tiene cerca la N-340, con todos los servicios propios de la alargada urbe que es la Costa del Sol oriental. Al principio está hacia el interior, al norte, y a partir del kilómetro 13.2 (Arroyo de Iberos) está hacia la costa, al sur.
Punto de no retorno: A partir del Peñón de Almayate (el que tiene el toro en su cima, aproximadamente en el kilómetro 19.5) es más conveniente terminar la etapa que tomar alguna otra alternativa.
Enlaces a otros senderos y Vías Pecuarias: Desde la primera etapa el GR 92 E12 continúa su deambular por la costa malagueña compartiendo trazado con esta segunda pero disintiendo en la dirección que lleva respecto al GR-249.
No se prodiga demasiado esta parte del litoral en lo que a senderos homologados se refiere, y además se concentran todos en la misma zona, al norte del núcleo de población principal del Rincón de la Victoria. Se trata de tres Senderos Locales consecutivos que parten del Arroyo de Granadilla y, como no puede ser de otra forma dado el enclave, ascienden a diferentes cerros y altos desde los que ofertan espectaculares vistas hacia el sur, hacia la costa.
El SL A-82 Arroyo Granadilla Cerro de la Capitana es un recorrido circular de 8 kilómetros y medio que cuenta con el acceso a la Torre de Albenda como uno de sus atractivos. El interesante recorrido por el fondo del valle lo comparte con el SL A-83, además de haber un enlace en la cota más alta que los unifica de nuevo aportando alternativas. Si el anterior describía un bucle hacia poniente, este que se denomina Arroyo de Granadilla (o Granadillas, según dónde se consulte) Cerro del Tío Caña se va a levante, con una longitud de unos 7 kilómetros que se ha diseñado también circular.
El último, el SL A-84 Cerro de Benagalbón Cerro del Tío Caña es, por el contrario, lineal, coincidiendo con el anterior algunos metros pero en este caso partiendo desde el núcleo de población de Benagalbón y llegando al Rincón de la Victoria en descenso. Los tres juntos dan bastante juego y permiten diseñar itinerarios personalizados variando el trazado.
En orden del sentido de la marcha
Nº | Punto de paso | Ref. UTM / altura | Distancias parciales |
---|---|---|---|
1 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
0 m |
2 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
1700 m |
3 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
1950 m |
4 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
2200 m |
5 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
2050 m |
6 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
1050 m |
7 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
3150 m |
8 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
2750 m |
9 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
1350 m |
10 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
2400 m |
11 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
800 m |
12 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
600 m |
13 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
350 m |
14 | Ruta Mudéjar (Salares) | 30S
x=36.8542807 |
4050 m |